LISTAS DE ESPERA
Cuando Zapatero nos dijo a todos los españoles “que no había listas de espera”, no se lo creía ni él mismo.
Nada más lejos de la realidad; la mayoría de los pacientes pendientes de ser intervenidos en el hospital Virgen Macarena, ( por poner un ejemplo), han de permanecer ingresados en el Virgen de Valme (por ejemplo mi caso), del orden de dos meses en adelante, y los que esperan en sus domicilios, es al menos un año, lo que les toca esperar para ser operados. Es así como se “camuflan” las listas de espera.
Los hospitales no disponen de suficientes camas en la unidad de cuidados intensivos (tras preguntarlo varias veces y en diferentes instancias no han sabido decirme el nº exacto y nadie lo sabe), por lo que se acumulan las intervenciones, impidiendo así la fluidez en las listas de espera.
La espera se convierte en un tormento psicológico para el paciente, pues durante la misma, por su mente pasan toda clase de ideas, situaciones y estados de ánimo, a veces difíciles de superar, sin caer en la desesperación y la depresión, todo ello unido a que ese tiempo, es tiempo de su vida que pierde.
A nuestros dirigentes políticos (Zapatero, Chaves, “a ver que hace ahora”, Monteseirín), se les llena la boca pregonando la buena sanidad de que disfrutamos los andaluces, sobre todo durante la época de campaña electora, pero lo cierto es que las camas del Virgen Macarena, miden 70 cm de altura, lo que dificulta que el enfermo pueda acostarse y levantarse sin riesgo a caerse; no disponen de sistema eléctrico para cambio de posturas, lo que obliga al paciente a empujar con fuerza el respaldo del colchón para poderlo adaptar, algo poco recomendado para pacientes con problemas cardiacos ( pues no se a estar continuamente llamando al personal sanitario).
La mayoría de las duchas carecen de mamparas, por lo que el paciente ha de ir a buscar una fregona para recoger el agua que se derrama al usarlas, si no quiere exponerse a resbalar con ella, etc, etc, etc.......
Así que: Por un lado nuestros amigos bla bla, bla, ( Zapatero, Monteseirin, etc.), quedándose con el pueblo, y por otro los ENCHUFES, que puedo asegurar que los hay. Que no vengan a decirle a una servidora, que ha pasado más de dos meses recluida en un hospital esperando a ser intervenida,
¡QUE NO HAY LISTAS DE ESPERA!
FDO. Ana Corral.
Cuando Zapatero nos dijo a todos los españoles “que no había listas de espera”, no se lo creía ni él mismo.
Nada más lejos de la realidad; la mayoría de los pacientes pendientes de ser intervenidos en el hospital Virgen Macarena, ( por poner un ejemplo), han de permanecer ingresados en el Virgen de Valme (por ejemplo mi caso), del orden de dos meses en adelante, y los que esperan en sus domicilios, es al menos un año, lo que les toca esperar para ser operados. Es así como se “camuflan” las listas de espera.
Los hospitales no disponen de suficientes camas en la unidad de cuidados intensivos (tras preguntarlo varias veces y en diferentes instancias no han sabido decirme el nº exacto y nadie lo sabe), por lo que se acumulan las intervenciones, impidiendo así la fluidez en las listas de espera.
La espera se convierte en un tormento psicológico para el paciente, pues durante la misma, por su mente pasan toda clase de ideas, situaciones y estados de ánimo, a veces difíciles de superar, sin caer en la desesperación y la depresión, todo ello unido a que ese tiempo, es tiempo de su vida que pierde.
A nuestros dirigentes políticos (Zapatero, Chaves, “a ver que hace ahora”, Monteseirín), se les llena la boca pregonando la buena sanidad de que disfrutamos los andaluces, sobre todo durante la época de campaña electora, pero lo cierto es que las camas del Virgen Macarena, miden 70 cm de altura, lo que dificulta que el enfermo pueda acostarse y levantarse sin riesgo a caerse; no disponen de sistema eléctrico para cambio de posturas, lo que obliga al paciente a empujar con fuerza el respaldo del colchón para poderlo adaptar, algo poco recomendado para pacientes con problemas cardiacos ( pues no se a estar continuamente llamando al personal sanitario).
La mayoría de las duchas carecen de mamparas, por lo que el paciente ha de ir a buscar una fregona para recoger el agua que se derrama al usarlas, si no quiere exponerse a resbalar con ella, etc, etc, etc.......
Así que: Por un lado nuestros amigos bla bla, bla, ( Zapatero, Monteseirin, etc.), quedándose con el pueblo, y por otro los ENCHUFES, que puedo asegurar que los hay. Que no vengan a decirle a una servidora, que ha pasado más de dos meses recluida en un hospital esperando a ser intervenida,
¡QUE NO HAY LISTAS DE ESPERA!
FDO. Ana Corral.
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