Y eso esperábamos todos los ciudadanos que fuese, una bonita plaza, pero a medida que las obras iban avanzando, veíamos con gran desagrado y decepción que la plaza iba a ser la cosa más espantosa que se pueda construir.
Sino, juzguen ustedes al ver las fotos.
Unos altos pilares de chapa con forma de numero uno, delimitan el entorno; pasábamos y los mirábamos, pensando que eran feísimos, de mal gusto, y daban mal aspecto, pero a pesar de ello, esperábamos que una vez pintados cambiarían, cosa que no sucedió, porque siguen luciendo mohosos, por lo visto esa clase de “arte” es así, cochambroso.
Entre pilar y pilar, se plantaron unas altas palmeras, que valen un dineral, y que hace unos meses han tenido que ser podadas completamente debido, seguramente a alguna enfermedad, con lo cual sólo han quedado los troncos, dándole así un aspecto aún más sórdido a la plaza.
Los bancos hechos de material y recubiertos de ladrillos, son ya para clamar al cielo, con el respaldo altísimo, y un asiento tan ancho, que cuando las personas se sentaban, les colgaban los pies.
Ante el descontento de la gente, los artífices de tan horripilante creación, se vieron obligados a reformarlos, colocando una especie de “sobrebanco” de listones de madera encima, pero los pies aún siguen colgando, y con unas chapas afiladas y cortantes por detrás del respaldo.
Pero los toldos…¡ Ay, los toldos! Junto con la fuente, son la guinda del pastel, la culminación de tanta belleza estética.
Las lonas (por llamarlas de alguna manera) son triangulares, y de un colorido que parecen cometas que hayan echado a volar unos niños, son tan transparentes y están colocados tan altos, que la sombra que se supone que deberían dar, no se encuentra por parte alguna.
Y la estrella del conjunto: LA FUENTE.
Todos los andaluces, cuando vamos a las ferias hemos comido trozos de coco alguna vez, y sabemos que los vendedores los ponen partidos a trocitos en unos mostradores bajo unos tubitos por los que continuamente sale agua, pues bien, a eso se parece la fuente. Ya muchos vecinos conocen la plaza por la de “la fuente lavacocos”.
Y para terminar de arreglarlo, junto a la misma, han hecho una rotonda, que para lo que sirve es para cuando llueve, revertir el agua, con lo que favorecen la inundación de los comercios y bajos de las viviendas .
Pero he de reconocer que tiene un cierto toque ochentero, pues parece las que había en los años en que los seats 600 circulaban, de esas desde las cuales los guardias urbanos dirigían el tráfico.
En resumen, que la plaza no tiene desperdicio.
Y digo yo: ¿Tanto le habría costado al Equipo de Gobierno, mandar hacer una plaza como las de toda la vida? Esas que tienen los bancos de forja, su fuente en medio, sus naranjitos, sus lonas de color crudo y un monumento al molino de aceite.
Pero estos dirigentes socialistas, por lo que se ve, tratan de huir de todo lo que represente a Andalucía y las señas de identidad del pueblo andaluz, y además no les importa malgastar el dinero del contribuyente en bodrios como la plaza de la Almazara.
Desde el principio supe que ésta sería otra Plazuela, que la tuvieron que rehacer dos veces con un costo millonario. Así se hacen las cosas en Alcalá de Guadaíra, porque como a la hora de votar en los plenos, la mayoría de las manos que se alzan son socialistas…
Enhorabuena, señor Limones, tiene usted un alto concepto de la estética. A ver la próxima vez con lo que nos sorprende, a ver que parque o plaza se "carga".