1 Juventudes Andalucistas Alcalá de Guadaíra: En el 125 aniversario de su nacimiento. 2ª parte

sábado, 29 de mayo de 2010

En el 125 aniversario de su nacimiento. 2ª parte


Podría decirse que el movimiento que emerge es también fruto de la radicalización que envuelve al Trienio Bolchevique, así como de la ausencia de reformas de un turnismo caciquil donde se parapetaba una monarquía insensible a las demandas populares. De hecho, la alternativa que promueve Infante, se define como nacionalista en el Manifiesto del 1 de enero de 1919 y, concreta una de sus aspiraciones políticas en la existencia de un autogobierno apoyado en un poder legislativo, ejecutivo y judicial propios. La autonomía, entendida siempre en un sentido amplio como soberanía de individuos, municipio, culturas y pueblos, representaba un objetivo para el que los andaluces poseen una obligación común. Entre otras cuestiones, asociada dicha idea a novedosas medidas sociales: independencia social y civil de la mujer, justicia y educación gratuitas, reformas sanitarias y agrarias,...
La estrategia de los nacionalistas andaluces vendría a coincidir en algunos aspectos con otras ideologías de izquierdas, partidista en su carácter republicano, innovador, popular y anticaciquil. Ello explica la coincidencia electoral que tiene lugar en la ciudad de Córdoba, al hilo también de la segunda de las Asambleas Regionalistas que allí se celebra en 1919. Por esta época, Infante guarda ya una estrecha amistad con el agrónomo Pascual Carrión de quien asume la concepción ilegal en origen del latifundio (reparto de las tierras andalusíes entre nobles castellanos por la acción de la mal llamada reconquista), así como con el médico anarquista Pedro Vallina, a quien guarda una profunda admiración y con el que comparte, además de una estrecha amistad, una visión heterodoxa del anarquismo junto a una visión crítica de la Revolución Soviética rechazada en su libro: La Dictadura Pedagógica (1923).

Es en esta obra donde Infante se muestra contrario a la sustitución de unas estructuras de poder por otras, de manera que el individuo carezca de libertad y voluntad. Reclama la vinculación voluntaria de los andaluces de conciencia al proyecto liberador, sobre la base de la educación y la cultura, sin imposiciones ni limitaciones tanto capitalistas como comunistas. Sólo desde ese humanismo librepensador es concebible el pleno desarrollo del individuo y el avance social, a partir siempre del federalismo emanado de la Constitución de Antequera de 1883. Como en el anarquismo, sus teorías siempre irían impregnadas de unas fuertes dosis de personalismo utópico, que renuncia al exclusivo componente de la vía partidista y electoral abrazada desde la izquierda tradicional, y proclama la revolución desde el corazón y la conciencia de los andaluces.

Así las cosas, en 1923 la dictadura el general Primo de Rivera clausura los Centros Andaluces y, persigue y exilia a algunos de sus miembros más destacados permutando ahora Infante su notaría desde Cantillana a Isla Cristina. Limitada la vida pública, el encuentro con un floreciente municipio pesquero por obra de “jornaleros del mar”, representará un tiempo dedicado a la familia (nacen sus cuatro hijos después de contraer matrimonio en 1919), las labores profesionales, la lectura y escritura, la reflexión y los viajes. A tenor de los datos y por la idiosincrasia de su personalidad, durante estos años toma contacto con el esperanto y la masonería, e incluso, se aventura por divertimento en alguna experiencia literaria donde, mediante cuentos, los animales ofrecen lecciones moralizantes a las personas.
Infante, viaja a Galicia donde toma contacto con los nacionalistas gallegos y, a Marruecos, en plena confrontación bélica con España, para visitar la tumba del rey Almotamid en Agmat. Precisamente, al hilo de esta intensa experiencia y fuertemente impresionado por la similitud entre la música andalusí y el flamenco, a su regreso, se interesa por un tema que hasta ahora le había pasado desapercibido. Producto de aquella nueva intuición es su obra: Orígenes de lo Flamenco y Secretos el Cante Jondo, ensayo donde presenta su teoría para explicar dicho mundo. Para el notario de Coria, flamenco procede el “fellahmengu”: el canto, a modo de lamento, del campesino andalusí que ha sido desposeído de sus tierras por el conquistador cristiano y ha visto como eran repartidas como botín de guerra entre nobles castellanos triunfadores de la guerra.

Este origen del latifundio como gran problema de la distribución de la propiedad de la tierra en el campo andaluz, está íntimamente unido a la existencia de una singular forma de expresión; identificada, entonces y hoy, con la etnia gitana, como única que sobrevive en nuestros días a las expulsiones de moriscos y judíos. Bajo estas posiciones, se subrayan los lazos culturales que todavía existen a ambos lados del Estrecho de Gibraltar y que, a lo largo de siglos, van a representar un origen común: la imposición de una economía y una religión única cristiana y feudal, el destierro de civilizaciones diferentes, la persecución de prácticas y modos de vida de grupos considerados heréticos y ajenos a la pauta oficial impuesta.

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